Un arte de rayas y repeticiones: La obra impersonal de Jan Schoonhoven
El arte de Jan Schoonhoven es un homenaje a la pureza de las formas, a un arte desprovisto de ego y de emocionalidad.
Jan Schoonhoven, el artista holandés que pasó tres décadas como empleado de correos, encontró en su tiempo libre la posibilidad de desarrollar un arte único y experimental. Su obra, caracterizada por un estilo puramente objetivo, tenía como propósito eliminar cualquier rastro de emotividad y, de hecho, la propia presencia del artista en la obra. Es así como Schoonhoven buscaba que su arte se tornara impersonal, una suerte de expresión minimalista donde la subjetividad quedaba ausente.
En su obra T 76-25, conservada en una colección particular y realizada en tinta (49,8 × 32,1 cm), Schoonhoven despliega una serie de rayas en patrones repetitivos. Su estilo es casi caligráfico, con un ritmo que remite a la estética Zen: un equilibrio entre el vacío y la repetición. Algunos espectadores han llegado a comparar sus patrones con un contador de días, como los que algunos presos dibujan en las paredes, simbolizando el paso del tiempo. La intención de Schoonhoven, sin embargo, era mucho más abstracta; para él, cada raya y línea era una exploración en el mundo de lo impersonal y mecánico.
La experimentación de Schoonhoven comenzó con un simple trazo: una línea vertical. Luego, empezó a observar qué sucedía al cruzarla con horizontales paralelas, creando así el efecto de un patrón repetitivo que evolucionaría en obras cada vez más complejas. T62-70, una de sus primeras creaciones de esta serie, sentó las bases de lo que más tarde se convertiría en T 76-25, una obra en la que la simplicidad inicial se convierte en un diseño mucho más refinado y estructurado.
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El arte de Jan Schoonhoven es un homenaje a la pureza de las formas, a un arte desprovisto de ego y de emocionalidad. Sus dibujos abstractos, junto con sus acuarelas y relieves, invitan al espectador a enfrentarse con la simplicidad y la repetición, recordándonos que el arte también puede hablar sin palabras ni sentimientos, solo a través de líneas y patrones que, paradójicamente, generan en cada observador una experiencia única.
Con información de HA!
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